El presente post
lo escribo y lo publico a título personal. Las ideas y las opiniones que aquí he de expresar son únicamente mías y pueden o no coincidir con las posturas de Acción Juvenil Cuauhtémoc, de los comités delegacional, regional o nacional, o cualquier otra instancia del PAN.Acabo de leer un artículo de Leo Zuckermann, publicado el 9 de octubre en El Excelsior; el título es: "El silencio de los panistas"
(1). En el artículo se critica la falta de pronunciamientos por parte de la dirigencia del Partido o de sus personalidades más representativas acerca de un hecho tan lamentable como la quema de libros de biología en la plaza principal de León, Guanajuato, el domingo 4 de octubre. Zuckermann anota en su artículo que "Lo increíble es que una regidora panista del ayuntamiento acompañó a la turba". Para mí es lo increíble y lo profundamente vergonzoso.
Al recordar las palabras del escritor Heinrich Heine, mismas con las que Zuckermann comienza su artículo, “Ahí donde se queman libros se acaba quemando también seres humanos", podemos comprender la dimensión del problema, el nefasto mensaje que la regidora, Hortensia Orozco, manda a toda la sociedad mexicana.
Quemar libros es para mí una de las manifestaciones más deleznables de rechazo a la civilización, es un acto que raya en la barbarie. No creo que la quema de libros, con el afán de simbolizar el rechazo a las ideas que en ellos se han plasmado, se pueda justificar bajo ninguna circunstancia, sea cual sea la naturaleza del contenido.
Creo que es contrario al espíritu de Acción Nacional incurrir en actos que reflejan tanto ignorancia como intolerancia. La historia del Partido tiene como uno de sus ejes fundamentales la lucha por un país más libre y democrático; la intolerancia es contraria a esos ideales. Definitivamente creo que nadie quiere terminar bajo (regresar a) un régimen en el que se persiga a las personas por sus convicciones y menos aun por comunicar de forma objetiva conocimientos científicos.
Yo apuesto por un Partido y por un país en el que se privilegie el diálogo, el debate inteligente, y no la censura oscurantista. Es por ello que aprovecho este espacio para expresar libremente lo que pienso y siento respecto a los hechos ocurridos en León. También quiero invitar a todos los que lean esto a que hagan lo propio, que ejerzan su derecho a la libre expresión. Estamos ante una situación que amerita nuestra atención como ciudadanos y como panistas.
¡Rompamos el silencio, expresemos libremente nuestras ideas!(1) ZUCKERMANN, Leo. El silencio de los panistasRecuperado el 13 de octubre de 2009 en:
http://www.exonline.com.mx/diario/columna/745734