
Para ser sincero, realmente me sentí decepcionado cuando entré al sitio del PAN y vi como nota principal la afiliación de la cantante infantil y ex integrante del grupo Jeans, Patylu, anunciada como un gran acontecimiento en el marco de la campaña nacional de afiliación.
No es que Patylu, ahora miembro adherente, no pueda hacer aportaciones valiosas a las causas del Partido, pero honestamente no creo que su afiliación sea más destacable que la de cualquier otro ciudadano. Lo mismo opino sobre el caso de Mariana Ochoa, "primera afiliada de la campaña nacional de afiliación".
Entiendo bien que si se le ha dado tal publicidad a las afiliaciones de estas cantantes es, obviamente, debido a cuestiones de mercadotecnia política. Sin embargo esta situación me hace sentir descontento.
Mi inconformidad surge por el mensaje que se manda a la sociedad a través, precisamente, de esta estrategia mercadológica que tristemente ya se ha vuelto característica del PAN, es decir, hacer alarde de la afiliación de personajes de la farándula, celebridades, estrellas fugaces del deporte, con el claro afán de “aprovechar” de alguna manera su popularidad y así ganar la simpatía fanática de sus seguidores.
Somos un partido político; nuestra fuerza debe nutrirse de ciudadanos concientes, convencidos y comprometidos con el bien común, no de fans, no de simpatías efímeras. No niego la importancia de fortalecer la imagen institucional y consolidar la “marca” política del Partido, pero definitivamente no estoy de acuerdo en que ello se haga a costa de conducir la mercadotecnia del PAN como si fuera un producto comercial cualquiera.
No olvidemos, insisto, que Acción Nacional se debe a los ciudadanos, a los anónimos que día con día salen de sus casas a construir este país, a los que sin nombre ni apellidos pomposos se han entregado a la lucha democrática para lograr los cambios que nos permitan a todos vivir mejor.