La capacitación de los jóvenes en Acción Nacional es prioritaria porque de ello depende, en gran medida, que Acción Juvenil y el Partido mismo puedan lograr sus objetivos. A partir de la revisión del Capítulo Primero de los Estatutos Generales del PAN, se encuentran, como parte de sus objetivos, los siguientes:
I. La formación y el fortalecimiento de la conciencia democrática de todos los mexicanos;
II. La difusión de sus principios, programas y plataformas;
III. La actividad cívico-política organizada y permanente;
IV. La educación socio-política de sus miembros.
Estos primeros cuatro puntos, de un total de once, comparten una naturaleza preponderantemente relacionada con la formación y capacitación, tanto, que incluso es posible encontrar de manera explícita las palabras “formación” y “educación”. Entonces, para cumplir con los objetivos antes listados, el Partido Acción Nacional ha de crear programas y toda clase de actividades de formación y capacitación que promuevan el interés y participación de sus miembros y en general, “de todos los mexicanos”.
De igual forma, se puede apreciar la relevancia de los temas de educación, formación y capacitación dentro del PAN al leer sus Principios de Doctrina, incluso al realizar un estudio diacrónico de los mismos: en las distintas épocas en las que los principios del Partido han sido escritos y reeditados (1939, 1965 y 2002), en sus distintas versiones, la educación y la cultura tienen un papel muy importante dentro de la visión del tipo de sociedad y Estado a los que el PAN aspira.
En la proyección de principios de la época fundacional el PAN ya propugnaba por “el mejoramiento cultural de la Nación” y en ellos se conceptualiza a la enseñanza como un medio para procurar la igualdad de oportunidades entre los medios de la comunidad . Más adelante, en 1965, los Principios de Doctrina son reeditados y en ellos se menciona de forma explícita que “La educación del pueblo mexicano es tarea de todos los miembros de la nación” y se hace referencia tanto a la educación como a la capacitación y se les vincula con el desarrollo del país . Finalmente, en 2002, en el tercer cuerpo doctrinal del Partido, bajo el rubro conjunto “Cultura y Educación”, Acción Nacional define que “El fin del proceso educativo es la formación integral de cada persona, para desplegar de la manera más amplia posible sus valores, capacidades, talentos, aptitudes y habilidades” . En esta definición se encuentra el posicionamiento del Partido respecto al carácter integral que debe tener la educación, misma que ha incluir la capacitación, es decir, el despliegue de capacidades y habilidades.
Hasta este punto, se ha logrado señalar y justificar la importancia teleológica y axiológica que tienen para Acción Nacional la educación, la formación y la capacitación con base en sus documentos básicos: Estatutos y Proyecciones de Principios Doctrinales. Esta demostración de a realizado en términos generales, que atañen a todos los miembros y, como se señala en los objetivos inscritos en los Estatutos, a todos los mexicanos, sin distinción de género o edad. A continuación se procede ha mostrar la importancia estos mismos temas para el caso particular del grupo de miembros cuya edad oscila entre los 18 y 26 años (incluso más jóvenes) y que por ende se encuentran circunscriptos a la organización juvenil del Partido Acción Nacional: Acción Juvenil.
En el Reglamento de Acción Juvenil queda plasmado que la principal finalidad de dicha organización es coadyuvar a la realización de sus objetivos y para ello se considera que la capacitación es un elemento primordial. En el atículo segundo del citado reglamento se enuncia lo siguiente: “La misión fundamental de Acción Juvenil, es aumentar la inserción y aceptación de Acción Nacional en la juventud mexicana para propiciar el ingreso y militancia de jóvenes dispuestos a capacitarse y participar políticamente dentro de nuestro cuadros partidistas […] y de esta forma contribuir a la permanencia y desarrollo del Partido en la vida política nacional.
Acción Juvenil se ha allegado de muchos jóvenes en todo el territorio nacional y ha sido un espacio de formación de auténticos cuadros políticos y muchos liderazgos que han alcanzado los escalones más altos del sistema político mexicano. El caso más representativo es el del C. Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa. Pero esta labor no ha sido posible sin un fuerte componente: la capacitación constante y disciplinada, por ello, si Acción Nacional realmente desea conquistar espacios que aún no han conocido la auténtica democracia en nuestro país y mantenerse al frente del Estado mexicano, es menester una fuerte inversión, no de recursos financiero, sino de grandes esfuerzos para cultivar el talento de muchos jóvenes que comparten con el Partido el ideal de justicia y libertad y poseen una arraigada vocación de servicio. El PAN y Acción Juvenil han de refrendar su compromiso ante la juventud mexicana ofreciendo espacios y oportunidades para la superación, la capacitación, el desarrollo integral de los muy diversos talentos y perfiles que buscan la forma de contribuir al engrandecimiento de la patria.
viernes, 29 de abril de 2011
Ensayo para el Consejo de Políticas Públicas para la Juventud
Este ensayo es una respuesta a la convocatoria para el Concurso regional para formar parte del Consejo de Política Pública para la Juventud, hecha por la Secretaria Regional de Acción Juvenil del Distrito Federal. En las bases de la convocatoria se pide a los concursantes responder la siguiente pregunta: Si pudieras cambiar la situación de los jóvenes de la Ciudad de México, ¿Qué sería lo primero que harías? La respuesta, si se asume que se cuenta con la capacidad de cambiar la situación de los jóvenes de esta ciudad ipso facto y sin considerar ninguna restricción técnica o presupuestaria, sin duda es proveer a todos ellos con los recursos suficientes para que puedan satisfacer sus necesidades en el orden señalado por la jerarquía de las necesidades humanas propuesta por el psicólogo estadounidense Abraham Maslow, que a saber son las siguientes, enunciadas de mayor a menor preeminencia:
1. Fisiológicas;
2. Seguridad;
3. Afiliación;
4. Reconocimiento; y
5. Autorrealización.
La justificación de este enfoque recae en que para que cada joven logre su propia autorrealización primero ha de satisfacer sus requerimientos más elementales. No es posible concebir una ciudadanía plena con los estómagos vacíos. Adam Smith, padre de la teoría económica moderna, escribió: “No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados”. Igualmente, Carlos Castillo Peraza dijo en 1993: “En un México de ecuaciones macroeconómicas casi perfectas, que dan por resultado 40 millones de mexicanos pobres, sueño con un partido que asuma esta causa. Ésa, la de los agraviados económicamente; la de aquellos que ni siquiera pueden pensar en votar porque antes tienen que pensar en comer. A esos quisiera yo que sirviera Acción Nacional”. Entonces, si deseamos que la nuestra sea una sociedad próspera, es menester hacer frente, en primera instancia, al problema de la pobreza alimentaria, para que, una vez que se haya logrado superar esta condición, se proceda a combatir la pobreza de capacidades y finalmente emprender la lucha en contra de la pobreza de patrimonio.
No obstante, para ofrecer una respuesta útil y no sólo idealista es necesario ubicar el problema dentro de sus dimensiones reales y presentar soluciones viables. El primer golpe de realidad está en reconocer que las restricciones técnicas y de presupuesto sí importan. Luego hay que aceptar que la situación de un grupo demográfico tan vasto como lo es el de los jóvenes de la Ciudad de México no se puede cambiar por la gracia de una sólo voluntad ni por el peso de cualquier decreto. Para lograr que el cambio sea auténtico y se refleje en las condiciones de vida de los jóvenes de la capital del país es preciso que primero se geste un cambio radical en la actitud de la juventud del D.F. hacia la vida política y las instituciones de la democracia. No es desconocido que muchos jóvenes manifiestan una clara apatía o, incluso antipatía, respecto al quehacer político porque se encuentran desencantados, desilusionados, porque para ellos la clase política es un grupo ajeno y distante, que sólo se preocupa por sus intereses y que en las épocas de campaña únicamente se dedican a hacer promesas que olvidarán una vez que hayan logrado su designación en los cargos de elección popular . No obstante, quienes conforman el sector joven de la población pueden llegar a mostrar un relativo interés por la actividad política en la sociedad pues la llegan a considerar una forma de mirar los problemas de la gente, como la injusticia y otras demandas ciudadanas. Ciertamente, la política, entendida como componente fundamental para comprender su propio entorno y lo que ocurre en él, forma parte de las inquietudes de los jóvenes.
El cambio de actitud que hace falta entre los jóvenes de la Ciudad de México tiene que ver con la comprensión de que la política y la participación ciudadana no les deben ser ajenas o estar restringidas para quienes tengan un perfil socioeconómico o de estudios elevado. La política es de la incumbencia de absolutamente todos los habitantes de la ciudad, la polis. La política “no es una actividad que corresponda sólo a los más capacitados, sino a los que se han apropiado de ella” .
Resulta alentador que un estudio de las asociaciones que hacen los jóvenes capitalinos con el concepto política arrojó que para muchos de ellos el término está íntimamente ligado al referente acción, lo cual coincide con la forma en la que el Partido Acción Nacional concibe la esencia de la actividad política:
Para estos jóvenes la acción es una facultad del ser humano que los forma. Y lo que requiere hoy, para relacionarse de manera distinta con las instituciones, es la “acción directa”, manifestar “acciones críticas”, porque éstas permiten un cierto poder y manejar algunas situaciones. La acción no es privilegio de algunos cuantos, de una elite, ya que bien pueden accionarlas amplios grupos; de ahí que se considere que “la acción social es importante”, y que se concluya que “las ideas buenas no sirven para nada si no las llevamos a la acción”.
Lo más importante es que ningún individuo ni partido puede cambiar, de manera unilateral y por voluntad propia, las condiciones de una población o grupo de edad. Sólo por medio de la participación activa de cada joven que vive en el Distrito Federal, con la suma de todos los esfuerzos, será posible comenzar a generar los cambios necesarios para que las condiciones de vida, las expectativas de empleo e ingreso mejoren. Cualquier promesa que contradiga esta idea y proponga cambios inmediatos ha de ser considerada falsa, mesiánica o populista.
Los jóvenes de hoy, los que damos vida a las calles de nuestras colonias, delegaciones y marcamos el ritmo de los latidos de la gran Ciudad hemos de organizarnos e involucrarnos de manera cercana y comprometida a la política, es decir, comprometernos con la solución de nuestros propios problemas. Somos capaces de hacer eso y de superar cualquier obstáculo. La fuerza y la inteligencia están en nosotros.
1. Fisiológicas;
2. Seguridad;
3. Afiliación;
4. Reconocimiento; y
5. Autorrealización.
La justificación de este enfoque recae en que para que cada joven logre su propia autorrealización primero ha de satisfacer sus requerimientos más elementales. No es posible concebir una ciudadanía plena con los estómagos vacíos. Adam Smith, padre de la teoría económica moderna, escribió: “No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados”. Igualmente, Carlos Castillo Peraza dijo en 1993: “En un México de ecuaciones macroeconómicas casi perfectas, que dan por resultado 40 millones de mexicanos pobres, sueño con un partido que asuma esta causa. Ésa, la de los agraviados económicamente; la de aquellos que ni siquiera pueden pensar en votar porque antes tienen que pensar en comer. A esos quisiera yo que sirviera Acción Nacional”. Entonces, si deseamos que la nuestra sea una sociedad próspera, es menester hacer frente, en primera instancia, al problema de la pobreza alimentaria, para que, una vez que se haya logrado superar esta condición, se proceda a combatir la pobreza de capacidades y finalmente emprender la lucha en contra de la pobreza de patrimonio.
No obstante, para ofrecer una respuesta útil y no sólo idealista es necesario ubicar el problema dentro de sus dimensiones reales y presentar soluciones viables. El primer golpe de realidad está en reconocer que las restricciones técnicas y de presupuesto sí importan. Luego hay que aceptar que la situación de un grupo demográfico tan vasto como lo es el de los jóvenes de la Ciudad de México no se puede cambiar por la gracia de una sólo voluntad ni por el peso de cualquier decreto. Para lograr que el cambio sea auténtico y se refleje en las condiciones de vida de los jóvenes de la capital del país es preciso que primero se geste un cambio radical en la actitud de la juventud del D.F. hacia la vida política y las instituciones de la democracia. No es desconocido que muchos jóvenes manifiestan una clara apatía o, incluso antipatía, respecto al quehacer político porque se encuentran desencantados, desilusionados, porque para ellos la clase política es un grupo ajeno y distante, que sólo se preocupa por sus intereses y que en las épocas de campaña únicamente se dedican a hacer promesas que olvidarán una vez que hayan logrado su designación en los cargos de elección popular . No obstante, quienes conforman el sector joven de la población pueden llegar a mostrar un relativo interés por la actividad política en la sociedad pues la llegan a considerar una forma de mirar los problemas de la gente, como la injusticia y otras demandas ciudadanas. Ciertamente, la política, entendida como componente fundamental para comprender su propio entorno y lo que ocurre en él, forma parte de las inquietudes de los jóvenes.
El cambio de actitud que hace falta entre los jóvenes de la Ciudad de México tiene que ver con la comprensión de que la política y la participación ciudadana no les deben ser ajenas o estar restringidas para quienes tengan un perfil socioeconómico o de estudios elevado. La política es de la incumbencia de absolutamente todos los habitantes de la ciudad, la polis. La política “no es una actividad que corresponda sólo a los más capacitados, sino a los que se han apropiado de ella” .
Resulta alentador que un estudio de las asociaciones que hacen los jóvenes capitalinos con el concepto política arrojó que para muchos de ellos el término está íntimamente ligado al referente acción, lo cual coincide con la forma en la que el Partido Acción Nacional concibe la esencia de la actividad política:
Para estos jóvenes la acción es una facultad del ser humano que los forma. Y lo que requiere hoy, para relacionarse de manera distinta con las instituciones, es la “acción directa”, manifestar “acciones críticas”, porque éstas permiten un cierto poder y manejar algunas situaciones. La acción no es privilegio de algunos cuantos, de una elite, ya que bien pueden accionarlas amplios grupos; de ahí que se considere que “la acción social es importante”, y que se concluya que “las ideas buenas no sirven para nada si no las llevamos a la acción”.
Lo más importante es que ningún individuo ni partido puede cambiar, de manera unilateral y por voluntad propia, las condiciones de una población o grupo de edad. Sólo por medio de la participación activa de cada joven que vive en el Distrito Federal, con la suma de todos los esfuerzos, será posible comenzar a generar los cambios necesarios para que las condiciones de vida, las expectativas de empleo e ingreso mejoren. Cualquier promesa que contradiga esta idea y proponga cambios inmediatos ha de ser considerada falsa, mesiánica o populista.
Los jóvenes de hoy, los que damos vida a las calles de nuestras colonias, delegaciones y marcamos el ritmo de los latidos de la gran Ciudad hemos de organizarnos e involucrarnos de manera cercana y comprometida a la política, es decir, comprometernos con la solución de nuestros propios problemas. Somos capaces de hacer eso y de superar cualquier obstáculo. La fuerza y la inteligencia están en nosotros.
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miércoles, 20 de abril de 2011
Ponencia del Secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón en el foro Empleo y Reforma Laboral
El pasado miércoles 13 de abril se llevó a cabo el Foro Empleo y Reforma Laboral, organizado por las fundaciones Rafael Preciado Hernández y Konrad Adenauer Stiftung. La ponencia del Secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, titulada sencillamente "Reforma Laboral" fue la última en la orden del día: un excelente cierre.
El Secretario habló de las condiciones actuales del mercado laboral en México y puso especial atención en detallar cómo las decisiones del Gobierno Federal permitieron sortear los embates de la más reciente crisis económica mundial, misma que se originó en los mercados "maduros" del primer mundo, especificamente en el sistema financiero de los Estados Unidos, y no fue consecuencia, como en el pasado, de los errores en la conducción de la política económica interna. El dato más importante: la economía naciónal ya ha comenzado la etapa de expansión; la recuperación ha sido superada: los empleos formales que se perdieron durante la crisis ya se recuperaron. A partir de ahora, cada nueva fuente de empleo que se crea expande el mercado laboral respecto a las condiciones prevalecientes hasta antes de que se manifestaran los efectos de la crisis en nuestro país.
No obstante lo alentador que pueda resultar lo antes mencionado, el secretario Alarcón insistió en que es necesaria, realmente inaplazable, la aprobación de la Reforma Laboral, misma que, como la presentó el PAN en el Congreso de la Unión, tiene el objetivo de eliminar incentivos perversos que minan la productividad e inhiben la inversión. Señaló que es mezquino oponerse a una reforma que busca mejorar las condiciones de competitividad de nuestra economía y, de esa manera, ofrecer más y mejores oportunidades para el desarrollo y prosperidad de las familias mexicanas. Indicó que los partidos de opocisión, particularmente el PRI, están en contra de la propuesta de Acción Nacional porque ésta amenza los intereses de muchos grupos sindicales corruptos que han cooptado la voluntad de los trabajadores bajo el cobijo y anuencia del régimen corrupto del pasado.
Cabe mencionar que, contrario a las acusaciones provenientes de la oposición, la reforma propuesta por el PAN no pretende modificar el artículo 123° de la Constitución. No se tratar de una contrarreforma en detrimento de las autenticas conquistas de los trabajadores mexicanos.
Para hacer un juicio lo más objetivo posible, el ponente procedió a realizar un análisis comparativo de las reformas laborales presentadas por separado por el PAN y el PRI. La conclusión: la propuesta del Revolucionario Institucional es una versión reducida, editada y adecuada a sus intereses de grupo, de la originalmente presentada por Acción Nacional.
México ha emprendido democráticamente el camino hacia la modernización de su economía durante los dos últimos sexenios de gobiernos humanistas. Por ello la persona humana ha sido protagonista y principal preocupación de la política. Aún hace falta recorrer un largo tramo para alcanzar las condiciones de competitividad y productividad potenciales de nuestra economía, pero no hay duda en que los primeros pasos que hemos dado han sido firmes y en la dirección correcta. No se puede permitir que el interés de la inmensa mayoría quede subordinado a los intereses de un partido corrupto e inepto y de sus grupos clientelares.
El Secretario habló de las condiciones actuales del mercado laboral en México y puso especial atención en detallar cómo las decisiones del Gobierno Federal permitieron sortear los embates de la más reciente crisis económica mundial, misma que se originó en los mercados "maduros" del primer mundo, especificamente en el sistema financiero de los Estados Unidos, y no fue consecuencia, como en el pasado, de los errores en la conducción de la política económica interna. El dato más importante: la economía naciónal ya ha comenzado la etapa de expansión; la recuperación ha sido superada: los empleos formales que se perdieron durante la crisis ya se recuperaron. A partir de ahora, cada nueva fuente de empleo que se crea expande el mercado laboral respecto a las condiciones prevalecientes hasta antes de que se manifestaran los efectos de la crisis en nuestro país.
No obstante lo alentador que pueda resultar lo antes mencionado, el secretario Alarcón insistió en que es necesaria, realmente inaplazable, la aprobación de la Reforma Laboral, misma que, como la presentó el PAN en el Congreso de la Unión, tiene el objetivo de eliminar incentivos perversos que minan la productividad e inhiben la inversión. Señaló que es mezquino oponerse a una reforma que busca mejorar las condiciones de competitividad de nuestra economía y, de esa manera, ofrecer más y mejores oportunidades para el desarrollo y prosperidad de las familias mexicanas. Indicó que los partidos de opocisión, particularmente el PRI, están en contra de la propuesta de Acción Nacional porque ésta amenza los intereses de muchos grupos sindicales corruptos que han cooptado la voluntad de los trabajadores bajo el cobijo y anuencia del régimen corrupto del pasado.
Cabe mencionar que, contrario a las acusaciones provenientes de la oposición, la reforma propuesta por el PAN no pretende modificar el artículo 123° de la Constitución. No se tratar de una contrarreforma en detrimento de las autenticas conquistas de los trabajadores mexicanos.
Para hacer un juicio lo más objetivo posible, el ponente procedió a realizar un análisis comparativo de las reformas laborales presentadas por separado por el PAN y el PRI. La conclusión: la propuesta del Revolucionario Institucional es una versión reducida, editada y adecuada a sus intereses de grupo, de la originalmente presentada por Acción Nacional.
México ha emprendido democráticamente el camino hacia la modernización de su economía durante los dos últimos sexenios de gobiernos humanistas. Por ello la persona humana ha sido protagonista y principal preocupación de la política. Aún hace falta recorrer un largo tramo para alcanzar las condiciones de competitividad y productividad potenciales de nuestra economía, pero no hay duda en que los primeros pasos que hemos dado han sido firmes y en la dirección correcta. No se puede permitir que el interés de la inmensa mayoría quede subordinado a los intereses de un partido corrupto e inepto y de sus grupos clientelares.
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